AROMA A CAFÉ
Quién en la vida no ha tomado un cafecito bien calientito ya sea en la mañana o al caer la tarde… y ha sentido ese rico sabor, que hace degustar a chicos y grandes.
El café, para los nutricionistas, cumple dos funciones fundamentales: estimulación e irritación. La primera, al actuar sobre el sistema nervioso central, ayudando a incrementar la actividad orgánica y haciendo que las funciones mentales y corporales se agilicen. Es por ello que ayuda a desaparecer el sueño.
En relación a la función de irritación, la cafeína hace que aumente la segregación de jugos gástricos, lo que por una parte puede ayudar al proceso digestivo, aunque como contraparte, puede resultar nocivo para quienes padezcan de alguna enfermedad estomacal.
Además de estas labores, la cafeína actúa como tónico muscular. Interviene a nivel de miocardio, por lo que algunos médicos lo recomiendan como parte del tratamiento para las enfermedades del corazón.
El dolor también puede ser combatido por el café. Al ser un vasodilatador, influye positivamente en las cefaleas (dolores de cabeza) y otros males corporales.
En conclusión el café es bueno, pero debemos de ser consientes de que el exceso es malo, y que no debemos de abusa; así que saboreemos del rico aroma de un café bien caliente.